Padres y... ¡Ciclistas!
Por las mañanas aún no se han levantado cuando te vas temprano a trabajar, llegas cansado a casa, pero tu día no acaba ahí...
Organizas y compartes tiempo con los pequeños y después haces un esfuerzo, movido por tu pasión, te vistes de ciclista, y sales a entrenar. A entrenar o a simplemente darte una vuelta.
Les transmites a los más pequeños que si algo te gusta debes luchar por ello, debes dedicarle tiempo, y lo más importante divertirse es compatible con hacer deporte.
Ser padre a veces no es fácil, pero ser padre y ciclista te convierte en superhéroe, en ocasiones cuanto más cosas haces en tu día a día, más "lleno" llegas a la cama, por eso, completar el día con montar en bici puede ser agotador y al mismo tiempo al terminar, te recarga, te sientes lleno de energía.
En muchas ocasiones, entrenas con un objetivo, con una prueba en mente la cual llevas preparando meses, y cuando estás en ella, sufriendo, porque en el ciclismo se disfruta pero también se sufre (hablaremos de esto en otra entrada...) entonces los escuchas porque han ido a animarte, o simplemente los escuchas en tu cabeza, ese "¡vamos Papi que tu puedes!", ahí se te eriza la piel y das ese plus que creías que ya no tenías.
Su sonrisa y su abrazo al llegar, sin duda es tu mayor premio.
Y como no... Te sientes muy orgulloso cuando dicen que de mayor quieren ser ciclistas como sus padres y se pegan el día subidos encima de sus pequeñas bicicletas, salir con ellos a dar una pequeña vuelta es la mejor ruta.
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